lunes, 29 de agosto de 2016

¿Qué consecuencias hay en beber alcohol?

Muchos de nosotros hemos pensado, o quizás preguntado, o nos han preguntado si un cristiano puede consumir bebidas alcohólicas. Y como vimos en artículos anteriores, no hay una regla estricta que diga que no. Pero, no podemos negar que hay una serie de advertencias que la Biblia misma da sobre esta sustancia y si somos sabios las tendremos en cuenta a la hora de tomar nuestra decisión de si consumir o no bebidas alcohólicas.
Déjame mencionarte alguno de los peligros que vemos en la Biblia y en estudios que se han desarrollado sobre el alcohol.

Decadencia en la decencia

La Biblia, desde su primera mención de sidra muestra la pérdida de la decencia y el honor que se asocia con el alcohol (Génesis 9: 18-29). La segunda historia sobre alcohol muestra aún más esta degradación (Génesis 19: 30-36). La Biblia es clara en que hay problemas mentales asociados con el consumo de alcohol (Proverbios 31: 4-5), así como los problemas fisiológicos (Proverbios 23: 29-35).

Daños a la salud

Siempre que un producto químico se toma, en el cuerpo habrá una reacción fisiológica. Las bebidas alcohólicas sigue siendo  alcohol etílico, llamado etanol en química. El alcohol es una de las pocas sustancias que no pasan por el proceso digestivo normal, incluso cuando se toman en los órganos digestivos. Más bien, se absorbe directamente y sin cambios en la sangre a través de la mucosa de la boca y el esófago en pequeñas cantidades, más a través del estómago, y de 70% a 80% por el intestino delgado. Al cabo de dos o tres minutos después de la ingestión del alcohol comienza a circular a través del cuerpo, incluyendo el cerebro.

El alcohol, incluso en pequeñas cantidades, afecta a todos los órganos del cuerpo en el momento en que una persona toma aquella sustancia. Cuanto más bebe una persona, más daño se hace al cuerpo. El alcohol cambia las células del cerebro, causando pérdida de la coordinación física, pérdida de memoria, los sentidos embotados, y daño cerebral. Una condición crónica, enfermedad de Wenicke, en la que el movimiento del ojo se paraliza y se produce un rápido deterioro mental.

Alcohol estimula al estómago para secretar ácido gástrico, que inflama el revestimiento del estómago, causando úlceras pépticas dolorosas. El alcohol se come el estómago y los intestinos, causando sangrado y cáncer de estómago. En el corazón, se produce el deterioro del músculo cardíaco, lo que resulta en accidentes cerebrovasculares, presión arterial alta y ataques cardíacos.

Similar a la destrucción del sistema inmunológico en el SIDA, el abuso de alcohol evita que las células blancas de la sangre de luche contra la infección, lo que aumenta el riesgo de infecciones virales o bacterianas. El alcohol también evita que la fabricación de las células rojas de la sangre, causando anemia.

Consumo excesivo de alcohol se ha relacionado con el cáncer de los pulmones, el hígado, el páncreas, el colon, el recto y los pechos. Incluso las mujeres que beben moderadamente tienen una mayor probabilidad de 30 a 50 por ciento sobre los no bebedores de desarrollar cáncer de mama.

En alrededor de un tercio de todos los bebedores, las células del hígado se destruyen y el órgano ya no es capaz de procesar los nutrientes en los alimentos. Esta enfermedad hepática, cirrosis, es generalmente sin dolor hasta que el daño es demasiado avanzado como para ser tratado con éxito.

Es una droga

Farmacológicamente, el alcohol se clasifica como una droga que deprime el sistema nervioso central, tanto como los barbitúricos, sedantes y anestésicos.

En lo que se refiere a la supuesta estimulación, esto ocurre sólo porque el alcohol afecta a aquellas porciones del cerebro que controlan las sentencias y restricciones. Lo que se considera como siendo estimulado en realidad equivale a una depresión de autocontrol que se manifiesta en voz alta y rápida conversación o comportamiento agresivo y sin inhibiciones. Por lo tanto, el principal efecto del alcohol es reducir la velocidad de la actividad cerebral, y dependiendo de qué, cuánto y cuán rápido se bebe, el pensamiento nebuloso, el tiempo de reacción, problemas de visión, debilitamiento de los músculos y la memoria acotada son síntomas de la ingesta de esta droga en el cuerpo.

La decisión la tomas tú

Cuando hablamos de los peligros del consumir bebidas alcohólicas, solo queremos mencionártelas para que conscientemente puedas decidir por ti mismo. Si eres un creyente, y quieres vivir en santidad, integridad y pureza, siendo lleno del Espíritu Santo, le invito a tomar el mandato en la Palabra del Señor que nos menciona el Apóstol Pablo: “No os embriaguéis con vino, en lo cual  hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” (Efesios 5:18 RVR 1960).

Mi oración es que sea cuál sea nuestra convicción con respecto a este asunto, lo hagamos con una conciencia limpia ante Dios y podamos vivir para agradarle a Él.

por Francisco Barra

No hay comentarios:

Publicar un comentario