En mi temprana edad de 20 años he visto como jóvenes, hombres de Dios, familias, parejas, etc. Son destruidas por esta causa. Es por eso que considero necesario escribir este artículo concerniente a este tema. El pecado de mirar y deleitarse fantasiosamente en el sexo afecta de manera considerable a la juventud. Según un estudio serio hecho en Norteamérica, el 85% de los jóvenes varones y un 50% de mujeres jóvenes ven pornografía mensualmente.
Comúnmente podríamos pensar que entre todos los pecados sexuales que podremos encontrar, la pornografía es inofensiva, pero déjame decirte que será algo que te irá consumiendo más y más. Partes con poco, pero terminas con mucho, te darás cuenta que solo mirar no es suficiente, y empezarás a buscar nuevas experiencias que logren satisfacer tus deseos sexuales.
Si tú estás luchando con la pornografía, o quieres prevenirte en cuanto a este tema. Hoy quiero hablar del costo, el problema y la solución a este pecado.
1.- El costo de tu vida
Un costo eterno para tu vida. Si tú anhelo es seguir mirando y satisfaciendo desenfrenadamente tus deseos sexuales, tienes toda la razón para preocuparte del estado de tu alma. Sería bueno hacerte la siguiente pregunta ¿amo tanto la pornografía como para ir al infierno por ella? Si es así, deja de anhelarla ahora mismo. Si vas a los pies de la pornografía tratando de llenar tu corazón, cuando dejes de mirar te darás cuenta que ese vacío es aún más grande. No te engañes, te está destruyendo poco a poco, y cada vez te irá gobernando más, tu tiempo, tus pensamientos, tu dinero, etc. Todo estará gobernado por la pornografía.
Siendo cristiano, no hay peor lugar que estar fuera de la voluntad de Dios. Entiende que el precio de tu salvación ha sido alto, Cristo tuvo que morir y derramar Su sangre para salvarte de ese pecado ¿cómo podríamos menospreciar la sangre de nuestro Salvador?
2.- El corazón del problema
El corazón del problema, es un problema del corazón. Podríamos pensar que la situación en la que nos encontramos es la que nos hace ir corriendo a mirar pornografía, pero no es así. Es un problema del corazón. Lo anhelamos. Queremos satisfacer a como de lugar ese deseo carnal que hay en nuestro corazón. Es que no anhelamos con todo nuestro corazón ir hacia Cristo, le hemos reemplazado buscando este deleite que creemos es mejor que cualquier cosa. Idolatramos la sexualidad fuera del plan de Dios, hemos rechazado la santidad. Nuestro corazón no está gobernado por Dios, sino por el sexo.
En nuestro corazón hay un ídolo: el sexo. Lo que logra satisfacer ese ídolo es la pornografía. Puedes ir y mirar todo lo que quieres en la soledad de tu habitación, solo necesitas un celular o un computador y una buena conexión a internet. Incluso muchos, solo necesitan tiempo a solas y dejarán rodar su imaginación con pensamientos sexuales. Son esclavos de lo que su cuerpo pide. Si tú te siente esclavizado por este pecado, y sientes que no puedes más, déjame decirte que hay solo una persona que puede librarte: Cristo Jesús.
3.- Cristo, la verdadera solución
"Mirad a mí, y sed salvos ..." Isaías 45:22
Si crees que nada te podrá liberar de la esclavitud de la pornografía, si has intentado método tras método y has fallado, no te ofreceré solo un método efectivo, quiero mostrarte la única forma que puedes vencer la pornografía. Esa victoria se encuentra en Jesucristo, medita en las primeras tres palabras del versículo que coloqué más arriba "Mirad a mí", Cristo quiere que veas a Él, y te animo a hacerlo ¡Mira al Salvador! ¡Pon tus ojos en quien murió por tus pecados en la cruz! Mira a Cristo, solo Él te puede librar de ese pecado. Entrégale tu carga a Él, con un espíritu de confesión acerca de tu pecado.
No hay pecado tan grande que la sangre de Cristo no haya pagado en esa cruz. Tú no has acabado con la paciencia y la gracia de Dios, pero por favor ¡Mira a Cristo! No te olvides que eres un vencedor, pero no en tus fuerzas, sino en Cristo. Quizás te preguntes ¿es así de fácil? La verdad es que sí. Busca a Cristo con todas tus fuerzas, Él te dará la gracia que necesitas para vencer.
No hay pecado tan grande que la sangre de Cristo no haya pagado en esa cruz. Tú no has acabado con la paciencia y la gracia de Dios, pero por favor ¡Mira a Cristo! No te olvides que eres un vencedor, pero no en tus fuerzas, sino en Cristo. Quizás te preguntes ¿es así de fácil? La verdad es que sí. Busca a Cristo con todas tus fuerzas, Él te dará la gracia que necesitas para vencer.
"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó." Romanos 8:37
por Fabián Maturana
Muy buen articulo Fabian! Gracias por escribirlo!
ResponderEliminarLori Holt