“Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence,
sino glorifique a Dios por ello.” 1 Pedro 4:16
¿En verdad hacemos caso a lo que Pedro nos enseña en su primera carta?, ¿estamos glorificando a Dios cuando padecemos angustia o aflicción y hasta persecución por el mundo? ¿Pensamos o recordamos acaso de buscar en su palabra refugio o dirección en lo que debemos hacer?
Al poco tiempo de rendir mi vida a Cristo, tuve la experiencia de sufrir por Su nombre, rápidamente comencé a perder amigos, algunos me dañaron e hicieron cosas para desprestigiarme, tuve temor de perder el trabajo, caí en frustración, desanimo, temor, soledad, tristeza, ira. Pero una persona muy amada (sin duda un instrumento de Dios) me animo a leer 1° Pedro 2: 11 – 25, el cual habla acerca de los padecimientos que sufrimos como cristianos, y el versículo clave que más tocó mi corazón en ese momento, fue el versículo 20; que habla acerca de qué gloria es, si soportamos ser ofendidos cuando pecamos, pues para Dios es más aceptado soportar la ofensa habiendo hecho lo bueno. “Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.” Comprendí que había pecado por tratar de ser autosuficiente, en creer que sola podría con este sufrimiento y no haber llevado mi aflicción a Cristo, en ese momento me sentí avergonzada y arrepentida por haber faltado mi fe y entonces comencé a confesarme con Dios.
Yo sé que muchos de ustedes, por no decir tal vez todos, han pasado por algo parecido, en el trabajo, con los amigos y hasta tu misma familia, muchas personas, comienzan a alejarse de ti y hasta podrías entrar en conflicto con algunos al declararte una persona cristiana, y querer hacer lo correcto y agradable a los ojos de Dios y no al de los hombres, 1°Pedro 4:4 “A estos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;…”
Dios nos llama a ser siervos para Él, y una parte de servir y seguir a Cristo es sufrir por causa de Su nombre, aun si es nuestra propia familia quien nos desprecia; 1 Pedro 2 :21 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;” ... reconoce que no tienes las fuerzas ni la sabiduría para salir tu solo del problema, deja tu orgullo y autosuficiencia de lado y se sincero con Dios, busca su dirección y consejo, si no sabes cómo buscar y en qué lugar de tu biblia, acércate a un hermano (a) que sea más maduro (a) en la fe y que te ayude bíblicamente a cómo encontrar la voluntad de Dios en ese problema. Tienes el privilegio de tener una relación directa con Dios por medio de Jesucristo, el mismo nos dejó ejemplo de cómo tener esa relación personal con el Padre; ora y búscale en todo tiempo, no olvides que Él está atento a tu clamor. (1 Crónicas 16:11, Sal 145:18-19, Isaías 26:3)
Mantén el control de tu emoción frente a la aflicción, no dejes que tu testimonio sea sacudido por las ofensas, no cedas ante la tentación. 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
Sométete a Dios en tu sufrimiento y no devuelvas el mal por mal 1 Pedro 4:19 "De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador y hagan el bien." Demuestra amor hacia otros que están pasando lo mismo o peor que tú, sirviéndoles (una muy sabia amiga siempre dice que una forma de olvidarte de tus problemas o sufrimientos es involucrarte en la vida de otras personas), esto te puede ayudar a mantenerte firme y a no caer en tentación. Deja esa mochila cargada y pesada que tú no puedes llevar a los pies del Señor, cree y confía en Él 1 Pedro 5:7 “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”
Sabemos que por el hecho de ser hijos de Dios no habrá una
eliminación del sufrimiento en nuestras vidas, es mas, es parte del crecimiento
espiritual y de identificación con Cristo, en algún momento seremos perseguidos
por su nombre, en Juan 15:20 Cristo les dijo a sus discípulos “El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han
perseguido, también a vosotros os perseguirán;” y otra vez Cristo nos dice:
“En el mundo tendréis aflicción ..." (Juan 16:33b), pero cuanto trabajo nos cuesta creer y confiar en la segunda
parte de este versículo: “…pero confiad,
yo he vencido al mundo.”
¿Cómo reaccionamos frente a este sufrimiento?
Tenemos la costumbre de angustiarnos, desanimarnos, hasta sentirnos
ofendidos, en soledad, dejamos que la carne actué mas en nuestra vida que el
mismo Espíritu de Dios, yo me equivoqué dejándola actuar, y no busqué
primeramente el consejo ni la opinión de Dios en ese momento.
Hermano (a), te animo a sentirte y ser dichoso (a) por la
prueba que estás pasando, a sacar provecho de esta difícil situación, yo sé que
es difícil, yo misma he estado en esa situación, pero Dios es fiel a su palabra,
Él nos dio de su Espíritu para que repose sobre nosotros. A quien están
ofendiendo no es a ti, sino a Él, pero tú lo estás glorificando al participar
de sus padecimientos y descansando tranquilamente en sus manos (1 Pedro 4:14) Entonces ¿cómo puedo glorificar a Dios en ese momento? Te dejo unos consejos de cómo puedes entregar todo en sus
manos y glorificarlo en ese sufrimiento.
- Reconoce tu debilidad
- Medita en su palabra
- Busca el rostro de Dios
- Mantén dominio propio
- Encomienda la causa a Dios y obedece
- Ponte al servicio de otros
Alégrate y gózate de la prueba que estás pasando, pon en la
balanza que pesa más en tu vida, si las aflicciones de este momento o la gloria
que ha de venir con Cristo.
“Pues
tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con
la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Romanos 8:18
por Francisca Márquez
Iglesia bautista Esperanza en Maipú, Santiago
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