miércoles, 25 de septiembre de 2019

Cuanto todo parece perdido...

¿Alguna vez en tu vida has sentido que no tienes propósito? Tal vez llegaste a la iglesia hace poco, o eres como yo que has ido a la iglesia toda tu vida, prácticamente como diríamos de manera un poco más común o coloquial: “naciste en la iglesia”. Posiblemente hiciste alguna oración o confesión de fe en algún momento o varias (como yo), pero aún y a pesar de todo nada de lo que hagas o dejes de hacer es suficiente como para darte un motivo en tu diario vivir. 

La verdad es que posiblemente tienes dos opciones: 
1. Posiblemente tu relación con Dios no está en sus mejores momentos, y sientes que Dios se ha alejado de ti. 
2. Posiblemente ni siquiera tienes una verdadera relación con Dios porque no le conoces realmente. 

La verdad estas cosas son bastante comunes y son verdades que afectan no solo a nosotros, los jóvenes, sino a cualquier hermano en la iglesia, mucho más a los incrédulos; lo que nos lleva a preguntar: ¿Y ahora qué? ¿Dónde está mi propósito? 

Para la primera de estas afirmaciones déjame decirte que Dios sigue ahí, él no se ha ido, eres tú el que tal vez por algún motivo te has alejado de Él, y eso solo está entre tú y Él, pero déjame animarte diciendo que nunca es tarde, y Dios siempre está dispuesto a darte una segunda, tercera y las oportunidades que tú quieras, pero debes acercarte a Él de manera en la que puedas reestablecer aquella relación. La gran pregunta es ¿Cómo? ¿Cómo puede Dios perdonarme cuando estoy tan lejos de Él? 


Hebreos 10.22, antes de leer este pasaje déjame hablarte un poco del contexto, desde el versículo 19 vemos que por el sacrifico de Cristo, por su sangre, tenemos la libertad de entrar al lugar santísimo, es decir, tenemos libertad de entrar a tener una comunión, una relación verdadera con el Señor: 


· Vemos que Jesús ha abierto el camino para nosotros (v. 20) 

o Tal y como lo enseñó Él mismo en Juan 14.6, Él es el camino, la verdad y la vida. 

· Vemos que Jesús es nuestro Sumo Sacerdote, es decir, nuestro intercesor, quién está entre nosotros y Dios, es por eso que solo Él es el camino. 

Pero ¿Qué significan estas palabras? Sencillamente querido amigo o amiga que lees esto, Jesús, nuestro Dios, ya hecho todo para que tú solamente tengas que tomar la decisión de decir “Si Señor, me quiero acercar a Ti” 

La única manera de poder arreglar esta relación que tú consideras rota es darte cuenta que Dios siempre te está y te ha estado esperando con los brazos abiertos. Y no solamente eso, sino que ahora vivas para Él, como dijo el apóstol Pedro: “(…) Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1.15-16). Pedro no habla de sí mismo, sino que habla de Dios, como Dios nos llamó, como Dios nos salvó, ahora nosotros lo mínimo que podemos y debemos hacer es vivir para Él. Eso incluye 5 cosas muy pequeñas y simples que quiero compartir contigo, pero que tendrán un impacto si las pones en práctica. Y estas son: 

· Cree y vive con fe. 
· Que tu vida sea una vida de oración. 
· Invierte tiempo en leer y estudiar la Biblia. 
· Obedece y vive la Biblia cada día. 
· Vive una vida de santidad. 

Y si haces esto, Dios nunca te va a decepcionar, porque para sus hijos, todas las cosas al final son para nuestro bien (Romanos 8.28) 

Por otro lado, amigo o amiga, tal vez has ido a la iglesia un par de veces, y no sabes realmente lo que es una relación con Dios, tal vez creías tener una relación con Dios, pero una relación con Dios involucra que ya vivas de una manera diferente, tal vez no has estado viviendo una vida santa y ni siquiera quieres vivir tu vida. Déjame darte una buena y una mala noticia: 

1. Si es que realmente no eres salvo, estás en grave peligro, puesto que si murieras pasarías una eternidad alejado de Dios en un lugar llamado el infierno, y no hay ninguna buena obra que puedas hacer para remediar eso – Romanos 3.23, 6.23 

Pero no tiene por qué ser así, y es aquí donde viene la buena noticia: 

2. Cristo murió por ti, para que tú ahora vivas para Él. 

Y es increíble, porque cuando te preguntas: “¿Y ahora qué?”, “¿Cómo puedo salir de esta situación?”, o más bien “Ya todo está perdido para mí”. Querido amigo o amiga, déjame decirte que no es así, que Dios dio a su Hijo por amor a Ti (Juan 3.16); y no solamente murió por ti, sino que vino a esta tierra para darte vida, una vida no lujosa, no de abundancia en riquezas, no una vida en donde no tengas problemas, probablemente los tengas; pero sí, una vida en donde Él será el centro. Pero ¿Qué tiene eso de especial?, simplemente que ahora tu vida tiene un propósito. 

Porque Él se entregó por ti, por la paz de tu alma, para que confíes en Él, así de simple, y honestamente no hay nada más que tengas que hacer, de hecho, no hay nada que puedas hacer porque no es por obras. Solo tienes que tomar una decisión de creer, arrepentirte de tus pecados y vivir para Cristo. 

¿Así de simple? Si, querido o querida, Jesús dijo: “(…) El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna (…)” (Juan 5.24). Y así es como tendrás vida eterna, en Jesús, el único camino a esa vida eterna. 

Déjame decirte que no te conozco, ni tú a mí, pero te amo y aún sin conocerte, y me preocupa lo que pasará con tu alma y lo que puede estar pasando con ella, estaré orando por ti y por todos los que lean esto, y espero que esto pueda animarte a vivir para Cristo, o tomar una decisión que pueda llevarte a vivir por Cristo y recibir esa vida eterna que solo Él te puede dar.

Por Matías Fernández

No hay comentarios:

Publicar un comentario