lunes, 21 de marzo de 2016

Llamados a una obediencia radical


Muchas veces en mi corta vida, he notado que la mayoría de los jóvenes cristianos, eligen las cosas en las que quieren seguir a Jesús y en las que no, yo también me incluyo, es una lucha para mí el tema que quiero tocar, y el problema es que vemos nuestra fe como un restaurant “tenedor libre” donde podemos comer y disfrutar solo lo que nosotros queremos, pero en realidad el cristianismo es un plato que se tiene que comer por completo.

Para llegar a ser hijos de Dios, tuvimos que recibir la gracia (regalo inmerecido) de Dios por medio del arrepentimiento y la fe en Cristo Jesús nuestro Señor, el cual, dice la palabra de Dios, fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Filipenses 2:5 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.” El apóstol Pablo anima a los creyentes a que vivan como Cristo. Vivir la vida que Cristo vivió es imposible sin Cristo, pero debido a que Cristo vive en los creyentes (Gálatas 2:20) ahora es posible que vivamos una vida centrada en Cristo, que agrade al Señor, ya que el inserta sus deseos en nosotros.

Filipenses 2:5-11 Este poderoso pasaje me enseña y no me deja de enseñar acerca del sentir que hubo en Cristo que fue obedecer a Dios, quiero resaltar tres puntos sobre la obediencia de Cristo:

1.- Fue una obediencia sin condiciones (2:6-7)

"el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;"

Este pasaje aclara que Jesús era Dios, pero que no fue algo a lo que el Hijo, la segunda persona de la Trinidad quiso aferrarse, sino que se despojó ya que el Padre así lo quiso, así agradó al Padre que su cumpliere, Jesús no puso objeción, condición o impedimento alguno al mandato de Dios, Él obedeció y como cordero fue llevado al matadero.

¿Cuántas veces hemos puesto condiciones a Dios para nuestra obediencia? Decimos: “bueno Dios, si Tú me das esto, yo te serviré”, “Dios pide cosas imposibles”, “Dios no quiere que yo disfrute mi vida”, etc. Las excusas abundan al momento de obedecer, pero no debemos despejar nuestra mirada de la cruz, viendo a nuestro salvador el cual obedeció por completo al Padre. Eso me lleva al segundo punto.

2.- Fue una obediencia completa/total (2:8)

"y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz"

Cristo tenía claro lo que tenía que hacer, cuando estaba en la cruz expresó: “Consumado es”. ¡Hecho está! ¡Completo está! El Hijo del Hombre murió en una cruz, para librarnos de nuestros pecados, la obra de Cristo estaba completa. El hombre perfecto muriendo por los imperfectos, el santo muriendo por los pecadores, Dios muriendo por su creación. Es increíble que Cristo haya obedecido a Dios a la perfección, incluso cuando su lado 100% humano (recordamos que es 100% hombre y 100% Dios) sabía que el dolor sería intenso (Mateo 26:39).

Me causa dolor ver todas las veces en mi vida que no he querido someterme completamente al Señor, siendo que mi Salvador se sometió a esa horrenda muerte porque me amaba, como también te ama a ti.

Juan 17:4 "Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese" ¿Podrás decir, como Cristo, al final de tu vida que acabaste la obra que Dios te demandó?

3.- Fue una obediencia con propósito (2:9-11)

"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."

Quiero aclarar que Cristo en su omnisciencia sabía el plan de Dios, y todo el panorama de lo que sería su nacimiento hasta su muerte en la cruz, su resurrección y ascensión al cielo. Cristo teniendo esto en mente, fue a morir por nosotros, para salvarnos. Me encanta el coro del himno “En Jesucristo, fuente de paz” que dice:

Gloria cantemos, al Redentor
Que por nosotros quiso morir
Y que la gracia del Salvador
Siempre dirija nuestro vivir

"Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él." Juan 3:17

Cristo quiso morir para salvarnos, y fue exaltado hasta lo sumo, y de lo cual tiene un nombre que es sobre todo y que todos, un día, sean creyentes o incrédulos le reconocerán como el único y santo Dios, creador del universo. Tu obediencia tiene un propósito, el cual estoy seguro que no siempre estarás seguro de este propósito, pero esa no es tu labor, tu labor es obedecer al Señor y dejarle obrar en tu vida. Siendo semejante al Señor Jesucristo, nunca olvides que quien te salvó vive en ti.


¿Quiere vivir una vida que glorifique al Señor? Entrégate en una obediencia radical para Sus propósitos

por Fabián Maturana

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