¿Cómo
debo reaccionar como cristiano ante el estallido social que estamos viviendo en
Chile?
Estoy muy impresionado por lo que
está sucediendo, porque sinceramente, esto para mí y para muchos, es algo que
nunca habíamos visto. Nuestra reacción a lo que estamos viviendo seamos
adultos, jóvenes, niños, adolescentes, adulto mayor, etc. debe hacerse en base a la Palabra de Dios. Porque si
lo que escribo hoy, no es de su agrado, sepa que no es conmigo el desagrado,
sino con lo que dice Dios.
¿Qué dice la Biblia acerca del
estallido social? Quiero compartir cinco principios que al estudiar la Biblia
he meditado sobre lo que está sucediendo. Compartiré cada uno, con los
versículos para que puedas leerlos y meditarlos:
1.-
Ningún gobierno será perfecto, solo el reino de Cristo (2 Samuel 7:8-13, 1
Crónicas 22:10, Isaías 52:7, 33:22, Apocalipsis 1:6, 11:15, 20:6)
Primeramente, la Biblia nos dice
que todos somos pecadores, por ende, las autoridades también lo son (sean de
izquierda o de derecha). No hay gobierno perfecto, ni lo habrá en este mundo.
Las autoridades se equivocarán y serán injustas. El único gobierno perfecto es el de Cristo, reinaremos con Cristo, y
veremos la perfección de un gobierno justo, puro y santo. Él es el único
que gobernará con perfecta justicia, nadie más. En la historia de Israel hubo
buenos reyes y mayormente malos reyes, pero nunca hubo un gobierno perfecto.
No podemos esperar que un gobierno
sea perfecto. Cuando Cristo venga a reinar, y reine por la eternidad,
entenderemos que solo Él puede darnos lo que necesitamos. Si pensamos que el gobierno es nuestro proveedor, hemos perdido el
foco, Jesucristo es nuestro proveedor.
2.-
Los cristianos deben hacer lo correcto como Cristo (1 Pedro 2:20-25)
Cristo sufrió… En manos de hombres
comunes y corrientes, y de autoridades. ¿Si sufrimos haciendo el bien? Esto
agrada a Dios y es aprobado por él. Como Dios es justo, si las autoridades son
injustas, Dios pedirá cuentas de cómo usaron su poder. Sin embargo, nosotros
debemos pensar bíblicamente en que Cristo sufrió siendo justo, si somos justos
y hacemos lo correcto como nuestro Señor y Salvador lo hizo, sufriremos en
manos de distintas personas (incluyendo nuestras autoridades).
Debemos seguir el ejemplo de
Cristo, en él no se halló engaño en su boca, no hizo pecado, y cuando le
maldecían no respondía con maldición, ni cuando padecía amenazaba, sino
encomendaba su causa a Dios. Jesucristo es nuestra esperanza, Él es nuestro
Dios, nuestro Rey, nuestro Salvador, nuestro Gobernador, quien tiene el control
sobre mi alma.
El
presidente, las manifestaciones, la lucha social, no es nuestro Mesías, nuestro
Mesías es únicamente Jesucristo.
3.-
Las autoridades humanas están en las manos de Dios (Proverbios 21:1)
Es difícil pensar en que esto es
real, debido a que la mayoría de los gobernantes no glorifican a Dios con sus
palabras ni con sus acciones, sin embargo, el corazón del rey está en las manos
de Jehová. Las autoridades humanas son puestas por Dios, y están en su mano, y
Dios las inclina a donde Él quiere. Mayor es Dios que todos ellos, y si
entendemos esto, llevaremos a la práctica el siguiente punto…
4.-
Los cristianos deben orar por sus autoridades humanas (1 Timoteo 2:1-2)
¿Recuerdas el primer punto del
artículo? Las autoridades son pecadores, y necesitamos que conozcan a
Jesucristo como su único Señor y Salvador por medio del arrepentimiento y la
fe. Ellos no entenderán la justicia de Dios, a menos que Cristo esté en su
corazón, a menos que el egoísmo sea desarraigo de ellos.
Pedimos sabiduría para las
autoridades cuando ellas no han conocido en quien están escondidos los tesoros
de la sabiduría, pedimos que sean justos cuando no han conocido al Dios justo,
pedimos que sean humildes cuando no han puesto su fe en Jesús que es manso y
humilde de corazón. ¿Queremos orar por nuestras autoridades? Oremos por su
salvación, y luego, para que puedan cumplir su función: que vivamos quiera y
reposadamente con toda piedad y honestidad. La función de las autoridades es
brindar tranquilidad a las personas quienes gobiernan.
Nosotros
debemos cumplir nuestra función: oraremos por nuestra autoridad.
5.-
Los cristianos deben vivir bajo las autoridades humanas (Romanos 13:1-5, 1
Pedro 2:13-17)
Este es el punto más conflictivo… Porque
para muchos la pregunta es: ¿cómo puedo vivir bajo una autoridad que es injusta?
La verdad sencilla es: porque la Palabra de Dios lo dice. Dios desea que
honremos a nuestras autoridades. El contexto de 1 Pedro, es aún más fuerte que
cualquiera de lo que pudiésemos imaginar, si creemos que nuestras autoridades
se han aprovechado de nosotros, debemos entender que, en ese tiempo, Nerón era
el gobernador, un hombre que mataba cristianos, prendiéndoles fuego para
generar literalmente “antorchas humanas” para iluminar sus jardines. En ese
contexto Dios les dice a los creyentes “Honrad al rey”.
Los cristianos no deben ser
irrespetuosos con sus autoridades, no deben usar palabras para denostar a las
autoridades, ni a políticos, ni a carabineros. Debemos honrarles, esto es
agradable delante de Dios. Debemos tener respetos por aquellos que han sido
puestos en autoridad porque no hay autoridad sino de parte de Dios.
Conclusión
(Isaías 52:7)
En este artículo, no quise poner
ningún tinte político, la autoridad es autoridad, y debe ser respetada por el
pueblo de Dios. La forma de cambiar la situación de este país, no es a través
de marcha, movilizaciones, etc. Es a través de la predicación del evangelio.
Porque para el cristiano, su autoridad primaria es Dios, y si Dios tiene bajo
control nuestra vida todo estará bien. Una mirada eterna, nos hará pensar en
nuestra vida después con Cristo. Según Isaías 52:7 lo único que trae paz, lo único
que anuncia paz, es decir: ¡Tu Dios reina! Solo porque Cristo reina en nuestra
vida es que podemos tener paz.
Podemos pensar que la demandas son justas, que las movilizaciones son con un buen fin. Pero ellas solo mejoran nuestra vida en esta tierra, no contienen un valor eterno. Veamos cada situación que
enfrentamos con la Palabra de Dios, no nos dejemos llevar por lo que el mundo
dice, es mejor pensar como Dios piensa, y hacer lo que es agradable a sus ojos.
Por Fabián Maturana
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