“Por tanto id, y haced discípulos
a todas las naciones…” Estas fueron las palabras que escucho un ex
revolucionario zelote en contra de un gobierno opresor. En estos tiempos tan
difíciles que el país de Chile vive creo que sería imposible que Mateo
(recaudador de impuestos a su misma nación) y Simón el Zelote (revolucionario) trabajaran
juntos para una sola causa. Pero ¿Qué fue lo que los unió para llevar el
evangelio a un mundo lleno de injusticia? ¿Qué hizo que Simón el Zelote
cambiara su deseo de justicia por su gente y llevara el evangelio a todo el
mundo incluso hasta dar su vida?
La justicia es un atributo que
caracteriza a Dios y se ve reflejada en toda la Biblia. Dios se preocupa de
manera muy especial por el huérfano, la viuda, el extranjero y el pobre. El ser
humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto no debe
sorprendernos el deseo de justicia que llevamos por dentro cuando las personas
son abusadas.
Volviendo a Simón el Zelote, el
provenía de un grupo muy celoso y anti-gobierno romano. Este grupo consideraba
que solo Dios debía de gobernar a los judíos y que solo a Él debían de pagar
tributo. Eran tan radicales en sus creencias que sufrían por ellas hasta perder
la vida. Quizá fue por esto que Simón se unió a Jesús, esperando que los
libertara de tal opresión.
¿Pero que hizo que Simón el Zelote cambiara su agenda política? ¿De
qué se dio cuenta Simón para cesar de sus propósitos y de qué debemos de darnos
cuenta nosotros para ayudar a nuestro país? La respuesta es: EL EVANGELIO.
Participar de protestas violentas
no es la solución hermano querido. Aquí tenemos a un hombre que era tan radical
contra un gobierno pero que hora tenía un propósito diferente. Su lucha ahora
se había convertido en llevar la Esperanza que todo hombre oprimido necesita: EL EVANGELIO (Mateo 28:19-20)
¿Debe un creyente participar de
protestas? La palabra protestar significa: rechazar
o mostrar disconformidad”, y creo que ya lo hacemos en nuestro día a día (rechazamos el pecado) cuando
testificamos de Cristo a nuestros amigos, vecinos y personas que aún no son
salvas. Dios no ha cambiado, el hombre tampoco y su mayor necesidad es conocer
a Jesús como su Salvador. La verdadera protesta que Simón el Zelote entendió
que el mundo y sus compatriotas necesitaban era un cambio de corazón, era
llevar tal mensaje urgente y necesario.
Que un creyente participe de
protestas violentas y saqueos indiscriminados va en contra de su identidad como
hijo de Dios y su responsabilidad ante las autoridades como ciudadano. La
Biblia es clara, no hay concesiones para el creyente cuando de este tema habla.
(Romanos 13:1-2)
Entonces ¿Qué puedo hacer como buen ciudadano por mi país? 1 Timoteo 2:1-5
· Debemos
orar por aquellos hombres que están en lugares de autoridad. Que
Dios de sabiduría y discernimiento a los líderes de este país para que puedan
solucionar las necesidades que agobian a las personas y podamos seguir viviendo
en paz (v.1-2)
·
Orar para
no perder nuestro enfoque (v.3-5). Como iglesia debemos de tener cuidado que la
actual crisis del país cambie nuestro enfoque y responsabilidad. La única
respuesta a la necesidad del hombre es: Cristo y su evangelio, y nosotros somos
llamados a compartir esta esperanza a un mundo que sufre.
El creyente lucha sus batallas de
rodillas. Saquear y protestar violentamente no forma parte de la vida santa de
un hijo de Dios. Su mayor anhelo debería ser que conozcan a Cristo, incluso se
condenaría a si mismo con tal de que todos sus compatriotas sean salvos (Hechos 9:2-3) ¡Qué manera de
protestar!
Por Irvin Aching