No
hay nada malo con que un cristiano sea vegano o vegetariano, ni hay pecado en
que no lo sea. La Biblia no nos ordena comer carne en ningún versículo de las
Escrituras. Tampoco hay nada de malo con abstenerse de comer carne. La Biblia enseña
que no debemos imponer nuestras convicciones a otras personas sobre este asunto,
o juzgarlos por lo que comen o no comen. “Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come
legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no
juzgue al que come; porque Dios le ha recibido” (Romanos 14:2-3)
Después
del Diluvio universal en los tiempos de Noé, Dios le permitió a la humanidad
comer carne (Génesis 9:2-3),
y luego de eso Dios nunca revocó tal permiso. Cuando
Dios se encarnó, cuando vino a vivir a este mundo comió carne... Jesús no era
vegetariano. La Biblia registra que Jesús comía pescado (Lucas 24:42-43) y cordero (Lucas 22:8-15). Jesús alimentó milagrosamente a la
gran multitud con panes y pescados (Mateo 14:14-21). En una visión al apóstol Pedro,
Jesús le declaró que toda la comida es limpia, incluyendo los animales (Hechos 10:10-15)
Cualquiera
sea la decisión de la persona, es aceptable ante Dios, en tanto le agradezcamos
a Él por proveerla (1 Tesalonicenses
5:18). 1 Corintios 10:31 nos dice, “Si, pues, coméis o bebéis, o
hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.
Lo
que es incorrecto acerca del veganismo o vegetarianismo es que muchos hoy en
día utilizan la Biblia para sostener su alimentación vegana/vegetariana con los
siguientes “argumentos bíblicos”:
1.
“Adán y Eva eran vegetarianos” – Bueno, esto es cierto. Adán y Eva
fueron los primeros vegetarianos, sin embargo, ellos también eran los primeros
nudistas... hay que poner las cosas en
perspectiva. ¡Los humanos que comen animales no cometen pecado! Comer
animales no es volver al diseño original. Sabemos esto porque Dios
explícitamente lo ha permitido en muchos textos, uno de los cuales es Deuteronomio 12:15-16.
2.
“Matar animales es incorrecto” – Para muchos la matanza de animales
es mala. Génesis 9:5-6 pone
esto en perspectiva bíblica. Las personas son diferentes de los animales,
porque estamos hechos a imagen de Dios. Si un buey acorneaba a un hombre, el
buey debía ser eliminado (Éxodo
21:28). Pero si un hombre mataba a un buey, sólo tenía que pagar una
multa por los bienes de los cuales había desprovisto a su vecino (Éxodo 21:33-34). Si la premisa es:
“los animales sufren para obtener su carne y comerlos, eso es pecado”. ¿Qué
sucede si el animal muere por causas naturales o por una enfermedad? ¿Podemos
comerlo? La implicación de este argumento es que, para muchos, los animales son
de igual valor (o incluso más) que el ser humano, y sabemos que bíblicamente es
imposible sostener tal principio.
3.
“Comer carne es impío” – En 1
Timoteo 4:1-5 se nos dice
que cualquiera que prohíbe el disfrute de los dones de Dios está enseñando
pecaminosamente “doctrinas de demonios”. No podemos prohibir comer alimentos,
cuando otras personas han comido de esos alimentos con acción de gracias
sabiendo que Dios los ha provisto y le glorifica.
Ser vegetariano o
vegano no es pecado, no serlo tampoco lo es. Lo incorrecto de adherirse al vegetarianismo es
sentirse superior y mirar a los demás en menos por tener una práctica distinta
de alimentación. Un cristiano PUEDE ser vegetariano
y glorificar a Dios. ¿DEBE un cristiano ser vegano? No necesariamente.
Por Fabián Maturana